Luz Helena Guzmán Navas
Fonoaudióloga U.N
Magister en Educación, PUJ
Quienes cruzamos al siglo XXI nunca imaginamos tener que vivir una experiencia como la que estamos atravesando. La sorpresiva llegada del Covid 19 a nuestras vidas lleva ya un largo tiempo, y al parecer no se va a ir, tendremos que acostumbrarnos a vivir con esta nueva presencia.
El éxito solo podría ser posible si uníamos nuestros esfuerzos con los pacientes y sus familias.
Para los padres de familia esta nueva realidad también significó un cambio importante; nunca antes habían estado tan directamente implicados en los procesos escolares y terapéuticos de sus hijos, pero hemos visto cómo con esfuerzo lo han asumido y se ha generado un apoyo y un trabajo en equipo que no tiene antecedentes.
La verdad es que unos niños se han adaptado más fácilmente que otros y esto ha tenido que ver las características de cada uno. Así lo muestra el testimonio de Marta Villamil, mamá de una niña que cursa transición quien dice “Mi percepción personal de las terapias de fonoaudiología en tiempos de pandemia han sido enriquecedoras para mi hija y para mí, porque he visto el avance en su proceso, gracias a la implementación de variadas técnicas que nos permite la virtualidad”…
“Ha sido importante la programación de cada una de las sesiones porque ello permite evaluar y reforzar cada una de las áreas que necesitan apoyo. Un trabajo en equipo entre profesional, alumna y familia siempre dará excelentes resultados, lo recomiendo ampliamente.”
Para los padres de familia la Teleterapia ha mostrado ventajas y desventajas: la ventaja más evidente tiene que ver con el desplazamiento (incluso pacientes en otras ciudades y municipios se han beneficiado) y los tiempos en una ciudad congestionada como Bogotá, así lo manifiesta Adriana Enciso madre de una niña de 5 años que requería sus terapias fonoaudiológicas:
“Como todo con sus ventajas y desventajas: con las terapias virtuales los resultados no se dan tan rápido dado que existe una dificultad mayor en la concentración de mi hija a pesar de las herramientas y aplicaciones que ofrecen los sistemas y la Internet, y se podría llegar a pensar lo contrario dado que los niños son felices jugando en los celulares y en las tabletas, pero eso no ocurre con las terapias ni con las clases. Pero desde luego realizar las terapias desde casa sin necesidad de recorrer distancias, así sean cortas, dentro de la ciudad ahorra mucho tiempo, como tampoco se sufre pensando quién lleva y recoge a la niña para que ella tome sus terapias.”
Otros padres, que inicialmente dudaban de que se pudiera trabajar virtualmente con éxito, han cambiado su percepción al ver el desempeño de sus hijos, esa fue la experiencia de Yolanda Orjuela madre de una niña de 4 años que requería la intervención fonoaudiológica:
“En tiempos de pandemia fuimos afortunados en tomar una de las mejores decisiones para nuestra hija a través de las sesiones de fonoaudiología virtuales. Mi hija tenía problemas de lenguaje y concentración y no creíamos en las terapias virtuales, pero la fonoaudióloga fue muy profesional en utilizar todas las herramientas adecuadas para ayudarla a evolucionar satisfactoriamente, logró crear vínculos de empatía con nuestra hija y los resultados han sido maravillosos. Estamos muy agradecidos con ella, es una gran profesional”.
Pero lo más satisfactorio ha sido ver que los esfuerzos dan frutos, los pacientes avanzan y nuestro sentimiento de frustración se ha logrado transformar en satisfacción.
Sin embargo, hay pacientes, en especial niños que ya perdieron el entusiasmo de la novedad y solicitan la presencialidad, también extrañan el contacto, la cercanía, la interacción directa. Es el caso de María José quien a sus 5 años pidió la presencialidad y luego del encuentro con todas las medidas de bioseguridad para la prevención del contagio, se negó a retomar las sesiones virtuales. Cuando le pedí que expresara su percepción realizó el siguiente dibujo:
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