Martha Peña Preciado
Médica general y Neuróloga - U. Nacional de Colombia
Contacto: mpena@ioir.org.co tel 57601- 3534016
Un libro nos lleva siempre a otro, o a una melodía, o a una película y entre todos a la vida misma. Los libros de Julio Cortázar te llevan a leer a Jorge Luis Borges, ese te lleva a leer a Kafka, Kafka a Poe y así terminas revisando el Levítico de la Biblia. Las relaciones entre libros, conceptos y palabras son extensas y bien se pueden organizar en estantes que permiten mejor su comprensión. Los estantes con extensas colecciones se hacen bibliotecas. Pensemos en la neuronas motoras como libros específicos del movimiento.
Un primer patrón de organización biológico fue un largo estante cilíndrico donde se agruparon neuronas encargadas de generar las señales eléctricas y químicas que lograrían el movimiento de los músculos. A este estante lo llamaremos médula espinal, sección específica: asta anterior. Las neuronas motoras localizadas en la base del estante son las que controlan el movimiento del tronco y cuello; más hacia el medio están las del diafragma, trapecio y esternocleidomastoideo y después estarán las neuronas de brazos y piernas. El diccionario de gramática lo encontraras en la base y a la mano encontrarás los versos a los que sucumbes.
Cada neurona como cada libro clasificado se determina por su lugar y la relación con los cercanos, las neuronas cuya función es cerrar los dedos de la mano (músculos flexores) van después de la neuronas que hacen cerrar el brazo y van al lado de las que hacen abrir los dedos (músculos extensores). Un libro mal colocado, un libro que cae lleva al piso a los otros.
En la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) los primeros libros que caen pueden ser los de las manos y pies, vemos entonces dedos débiles y músculos atrofiados.
Con la evolución los pasillos y anaqueles fueron creciendo, se hizo una biblioteca de varios pisos, pasadizos y realmente laberíntica. Pero los libros del movimiento siempre y particularmente han mantenido un orden estricto: el homúnculo motor en la corteza cerebral frontal.
…“¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste…” leemos en voz alta a César Vallejo y al decir estos versos todo un gran estante de libros del movimientos han sido usados. En la corteza motora tienen una gran representación los labios, la lengua, las manos, los ojos, con lo que sobrevivimos, aprendemos y amamos. La neurobiología también tiene su lado poético.
A las neuronas de la gran biblioteca de arriba las nominamos neuronas motoras superiores, a las neuronas de los primeros estantes de la médula espinal las nominamos neuronas motoras inferiores. Unas y otras se deterioran en la ELA.
En Sarajevo capital de Bosnia y Herzegovina, un día triste de agosto de 1992 se quemaron los libros uno a uno. Libros del siglo XV, libros de todas las religiones occidentales hechos víctimas al igual que los civiles en una guerra descerebrada. La biblioteca fue destruida.
En los procesos neurodegenerativos de las enfermedades de neuronas motoras empiezan quemándose muy pocos libros pero el fuego va extendiéndose a los libros más cercanos, las secciones, los estantes, las galerías. El incendio puede empezar por las neuronas encargadas del movimiento de la lengua y después el daño se extendera a las manos y brazos. La propagación depende de como estaban organizadas estructural y funcionalmente las neuronas, su cercanía, su conectividad. El daño de las neuronas motoras superiores probablemente detone el deterioro en la neuronas motoras inferiores, segmento por segmento.
En la biblioteca de Sarajevo trabajadores y lectores corrieron a salvar libros, ardió durante días, cayeron muros y vitrales. Se le conoce como la Vijećnica y se reabrió en el 2014.
Los procesos neurodegenerativos pueden ser modificados en un grado pequeño, por ahora.
hastag#LuzporlaELA
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