Edna Julieth Bobadilla
Médico General - Universidad Surcolombiana de Neiva
Neuropediatra - Universidad Nacional de Colombia
Contacto: dra.ednabadilla@tuamiganeuropediatra.com
Son más de las 3 pm y María ha terminado su jornada laboral. Mientras atraviesa la ciudad y va en su carro solo desea llegar pronto a su casa para ver a su bebé de cinco meses de edad. Tiene una sensación que ella describe como “mariposas en el estómago cuando pienso en él” y mientras esto sucede, sus copas de lactancia se llenan más y más.
Paula acaba de dar a luz a su bebé. Durante muchos años imaginó ese momento. Está a punto de tener a su bebé en sus brazos. Y ha llegado ese primer encuentro donde por fin son ellos uno solo, se miran mutuamente y se disponen a su primera lactancia. Con sorpresa y admiración Paula ve cómo cuando su bebé inicia la succión empieza a salir leche de su pezón. Mientras sucede esto y mira a su hijo, se pregunta… ¿Cómo puede ser esto posible? ¡Aún no puedo creer que mi cuerpo sea capaz de producir el propio alimento para mi bebé!
Lo anterior es el testimonio de algunas madres que han experimentado y vivido con gran admiración ese proceso de lactancia. Y les cuento que todas esas sensaciones que algunas mujeres describen como “mágicas” tienen una explicación desde el punto de vista neurológico que vincula fuertemente el cerebro de la madre y del niño y que se fortalecen con procesos como la lactancia materna.
Si les interesa conocer en qué consiste este trinomio "Lactancia materna, cerebro y apego" los invito a leer hasta el final este blog donde les hablaré de los diferentes cambios neurobiológicos que suceden tanto en el cerebro de la madre como en el niño:
El cerebro materno se prepara para la llegada del bebé y la lactancia
El cerebro materno es el resultado de la maduración de una serie de circuitos cerebrales gracias al estímulo de neurotransmisores y de las hormonas femeninas que preparan a la mujer para la llegada de un bebé. Durante el embarazo pero principalmente en las últimas semanas la liberación de oxitocina, la llamada hormona del amor, en pequeñas cantidades favorece los cambios en algunas estructuras cerebrales que son: la amígdala cerebral relacionada con las emociones; el hipocampo encargado de las funciones de la memoria y la corteza frontal relacionada con la empatía y la interacción social cuya función es fortalecer el vínculo madre-hijo.
Durante el embarazo y principalmente durante el último trimestre se incrementa la liberación de prolactina, llamada hormona de la maternidad, que va estimulando poco a poco las glándulas mamarias preparándolas para la futura lactancia.
Ya durante el parto y en la hora siguiente se adquieren niveles máximos de oxitocina que se asocian también a un nivel elevado de prolactina. La oxitocina también aumenta hasta 60% las células del bulbo olfatorio que permiten a la madre sentir bienestar ante el olor del recién nacido.
La lactancia materna como proceso neuroendocrino
Una vez llegado el momento de la lactancia materna existen varios mecanismos que permiten entender por qué es un proceso neuroendocrino que beneficia desde el punto de vista neurológico a los niños:
1. Durante la lactancia materna el recién nacido hace uso de parte de algunos de sus reflejos primitivos o reflejos de supervivencia. El primero es el reflejo de búsqueda que se desencadena al tocar la comisura labial y el centro del labio superior del bebé, en este caso estimulado por el pezón de la madre, orientándolo hacia donde está el estímulo y facilitando la apertura de su boca; el segundo es el reflejo de succión que permite el agarre y posterior amamantamiento. Estos reflejos de succión y búsqueda permiten la activación de receptores sensitivos del pezón activando el circuito neuroendocrino de la lactancia materna. 2. La latencia materna como proceso neuroendocrino: la activación de los receptores sensitivos del pezón transmite un estímulo al sistema nervioso central que llega hasta la glándula hipófisis a nivel cerebral. Aquí se activa la secreción de la prolactina así como de otras hormonas en la región anterior de la hipófisis llamada adenohipófisis. En la neurohipófisis o región posterior de la hipófisis se activa la liberación de la oxitocina generada en una estructura cerebral llamada el hipotálamo. La prolactina se encarga de sintetizar la leche y la oxitocina, de evacuarla.
3. La lactancia materna como mecanismo de estimulación neurosensorial: durante la lactancia se favorece el estímulo visual cuando madre e hijo se miran fijamente. A nivel auditivo tener cerca a su madre le permite al niño no solo escuchar su voz, sino también sus latidos cardíacos. Cuando el niño recibe por primera vez la leche materna en su boca y la saborea está activando una serie de receptores en las papilas gustativas que favorecen el sistema del gusto. El olor a leche materna es un gran estímulo a nivel del circuito olfatorio del niño que a su vez también tiene conexiones con el sistema límbico del cerebro neonatal. Y finalmente, el contacto piel a piel y las caricias de mamá son uno de los más potentes estímulos a nivel táctil.
Son todas estas hormonas y neurotransmisores cerebrales los que van activando estos circuitos neuronales no solo en la madre sino también en el niño y que favorecen el vínculo madre-hijo que en neurobiología se denomina el circuito del apego. Esto explica por qué cuando las madres recuerdan y piensan en su bebé y en sus necesidades, activan estos circuitos cerebrales de empatía y emociones, que se traducirá en una serie de sensaciones corporales de bienestar en ellos.
Mamás:
Disfruten esta maravillosa etapa, su cuerpo se ha preparado biológicamente para ofrecer grandes beneficios a sus bebés. Si por diferentes razones el proceso de lactancia no ha sido el más exitoso, no se preocupen. Sus circuitos cerebrales también han venido cambiando y activándose durante los nueve meses del embarazo y se potenciarán con las vivencias del día a día con sus hijos favoreciendo estos vínculos de apego y amor durante toda la vida.
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Facebook: Dra Edna Julieth Bobadilla- Neuropediatra Neuromuscular
Bibliografía:
1. World Health Organization. (2009). Infant and young child feeding : model chapter for textbooks for medical students and allied health professionals. World Health Organization. https://apps.who.int/iris/handle/10665/44117
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